Debemos tener claro que los elementos nutritivitos reciclables a través de residuos vegetales y animales, no suele bastar para compensar lo que se elimina con la cosecha.
Por ello, el restablecimiento, mantenimiento e incremento de la fertilidad en los suelos son objetivos prioritarios en zonas agrícolas en las que los suelos carecen de forma inherentes de nutrientes vegetales.
La obtención de nutrientes por parte de las plantas, especialmente hablamos de nitrógeno, fósforo y potasio además de micronutrientes u oligoelementos tiene su origen en seis fuentes principales:
- Las reservas naturales procedentes de los suelos. La cantidad en las que se obtengan vendrán dependiendo de la composición de los suelos y de la estación. Debemos tener en cuenta que todos los años las plantas reciben apenas una reducida porción de esos nutrientes.
- Procedencia de fertilizantes minerales. Los cuales no importa si están fabricados en forma líquida o solida ya que tienen un contenido de nutrientes vegetales más elevado que cualquier fuente orgánica de éstos.
- Las fuentes orgánicas. Son una importante fuente de procedencia. La harina de huesos, sangre, estiércol, lama, fertilizantes orgánicos y fangos de cañerías suman una importante cantidad gracias a su mejora de retención de agua de los suelos, así como condiciones físicas.
- Los microorganismos. Algunos son muy importantes ya que promueven una fijación biológica del nitrógeno que se antoja fundamental. Y es que estos elementos son capaces de convertir el nitrógeno del aire en amoniaco para derivar posteriormente en nitrógeno.
- Los depósitos de aire. En ellos debemos incluir también los nitratos de la lluvia, el amoníaco en gas o disuelto en la lluvia, el azufre de la lluvia ácida, las sales e incluso el cloro del rocío.
- El agua del riego, de las inundaciones y la subterránea son capaces de proporcionar una cantidad de elementos nutritivos bien sea de manera natural o mediante fertilizantes añadidos al agua de riego.