Es cada vez más extendida la práctica de la que vamos a hablar en este artículo. Hablamos del uso del vinagre como elemento para eliminar las que se denominan malas hierbas o malezas de nuestro huerto o jardín.
Parece que el vinagre puede situarse como una alternativa natural para esta tarea frente al uso de otros productos fabricados de los que conocemos su poder contaminante, pero ojo, la realidad es que el uso de vinagre de forma habitual en nuestro huerto puede volverse en nuestra contra ya que modifica la estructura del suelo, perjudicando nuestra salud y al propio medio ambiente.
A pesar de esto, hay que dejar claro que existen alternativas sostenibles en el caso de querer este tipo malas hierbas.
Cuando hablamos del daño que puede producir el vinagre lo hacemos de su acido aceito, el cual se puede producir de forma natural en un proceso de fermentación bacteriana. En las concentraciones necesarias para eliminar plantas, el vinagre deja de ser un ingrediente habitual de nuestro hogar para convertirse en un herbicida no muy saludable. Su efecto es de quemadura y en tan solo 24 horas es capaz de quemar las plantas, aunque no las raíces, lo que implica que rebroten.
Llegados a este punto, tenemos que hablar de alternativas sostenibles, y realmente las soluciones son sencillas, solo requieren un poco de cuidado. La primera opción es el mulch o acolchado, es decir, una capa de pinaza, serrín, cortezas, gravilla, etc. que colocamos alrededor de las plantas cultivadas que va a impedir que crezcan plantas espontáneas.
Otra opción son los abonos verdes ya que si tenemos el suelo ocupado con otras plantas cultivadas será más difícil que las plantas espontaneas hagan acto de presencia. En este aspecto entran en juego las plantas tapizantes y rastreras, las cuales cubren el suelo y dificultan mucho la aparición de nuestras amigas las plantas espontaneas o no cultivadas.
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