Con la llegada del frio, las plantas siempre se encuentran en una complicada situación y por ello es recomendable realizar unas labores de mantenimiento básicas. Y es que durante el otoño y el invierno las raíces de las plantas de los huertos y jardines sufren consecuencias de las bajas temperaturas características durante estas estaciones del año.
Las heladas y el frio son capaces de dañar las raíces de las plantas al ser muy vulnerables a los cambios bruscos de temperatura, especialmente si hablamos de plantas jóvenes, por ello os vamos a recordar cómo proteger lo máximo posible las raíces del frío.
El mulch, mantillo o acolchado es la principal alternativa. Se trata de una técnica ampliamente utilizada en permacultura y agroecología porque es bastante polifacético, ofreciendo buenos resultados.
La técnica consiste básicamente en colocar sobre la tierra que rodea las plantas materiales orgánicos o inorgánicos. Ejemplo de los más usados son: gravilla, hojas secas, serrina, pinaza, textiles de algodón o de lana, heno, trozos de corteza…etc.
Hay que tener en cuenta que si ponemos una cobertura con trozos mas grandes esta tardará mas tiempo en descomponerse y requerirá de un menor mantenimiento que si ponemos un mulch con trozos más pequeños, cuyo tiempo de descomposición será menor.
Es importante recordar algunas premisas de este acolchado a la hora de su elección:
Con esta cobertura conseguiremos que las raíces mantengan una temperatura más constante, pudiendo proteger las raíces de las plantas una vez que las temperaturas desciendan y se produzcan heladas.
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